Esto no termina aquí: la otra cara del juicio contra Chocolate MC

Esto no termina aquí: la otra cara del juicio contra Chocolate MC

La primera vez que escuché la frase “mi juicio fue manipulado” en boca de Chocolate MC, no estaba viendo un video musical, ni un live de Instagram. Era la voz rota de un hombre hablando por teléfono desde una cárcel en Miami-Dade, explicando por qué siente que el sistema que decidió su futuro nunca le dio una oportunidad real.

Y ahí, justo ahí, entendí que este caso no es solo un chisme más del género urbano, ni una “novela” de farándula para entretener el scroll. Es un espejo incómodo donde se cruzan justicia en Estados Unidosracismopalabras convertidas en delitoadicciones no tratadas y el dolor profundo de una comunidad cubana que vive entre la nostalgia, la rabia y la impotencia.

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El veredicto que no lo sorprendió, pero lo rompió por dentro

El reguetonero cubano Yosvanis Sierra Hernández, mundialmente conocido como Chocolate MC, fue declarado culpable de solicitud de homicidio en primer grado y de amenazas directas contra Damián Valdez Galloso, señalado como principal sospechoso del asesinato del músico El Taiger.

Según la Fiscalía, las pruebas clave fueron publicaciones en redes sociales: videos y mensajes donde se ofrecían hasta 100.000 dólares por matar a Valdez Galloso en la cárcel, acompañados de frases como “si la policía no te mata, te vamos a matar”

El juez Milton Hirsch, del Circuito de Miami-Dade, determinó que esos contenidos no estaban protegidos por la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, porque no eran solo desahogos verbales, sino “amenazas reales y un llamado directo a la violencia”

Cuando descubriste que un post, un video o un comentario puede ser la diferencia entre seguir libre o enfrentar una posible cadena perpetua, quizá pensaste que eso solo le pasa “a los artistas problemáticos”. Pero la verdad es que este caso va mucho más allá de un artista y sus excesos. Nos habla de todos los que jugamos con las palabras en internet como si no tuvieran peso.

“No había nadie de mi color”: el jurado que nunca lo conoció

En su conversación desde prisión, Chocolate MC dijo algo que, si eres latino, negro o migrante, te hace un nudo en la garganta:

“Fue un jurado donde no habían hispanos, nadie de mi color. No les dieron la oportunidad de conocer quién era yo, ni quién era la supuesta víctima”.

¿Sabías que el sistema de jurado en Estados Unidos se vende como uno de los pilares de la democracia y la justicia, pero, en la realidad, muchas veces termina siendo un espejo distorsionado de la sociedad? Si el jurado que decide tu destino no se parece en nada a ti, no comparte tu idioma, tu barrio, tu cultura, ¿de verdad está viendo todo el cuadro o solo una versión light, recortada, de tu historia?

Según el propio Chocolate MC, ese jurado no escuchó su recorrido vital, ni entendió el contexto del mundo urbano donde él se mueve, ni tampoco conoció a profundidad la historia de Damián Valdez Galloso, el hombre que, según la acusación, era el objetivo de esas amenazas. 

Y ahí aparece una primera grieta:

  • Por un lado, un sistema que mira fríamente videos, emojis, frases violentas y los traduce en cargos penales.
  • Del otro, un hombre que dice: “sí, me equivoqué, tengo malos hábitos, pero yo no soy un asesino, soy un enfermo que necesita ayuda”.

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Cuando la guapería digital se convierte en delito

La Fiscalía fue clara: no se trataba solo de “música” ni de “fronteo de redes”. Presentaron videos de Instagram, capturas de mensajes, el número de teléfono y el correo electrónico asociados a la cuenta desde la que se publicaron las amenazas.  El mensaje central era brutal:

hay dinero para “mandar a asesinar” a Valdez Galloso en prisión. 

Para el juez Milton Hirsch, eso cruzó la línea que separa la libertad de expresión de la incitación directa a cometer un crimen. Y aquí hay una lección incómoda: Cuando aprendiste que “lo que se habla en la calle se queda en la calle”, nadie te explicó que internet no es la calle. Internet guarda todo, lo imprime y lo declara en tu contra.

Mira este resumen del corazón del caso:

Elemento claveLo que dice la FiscalíaLo que dice Chocolate MCLo que siente la gente (según redes)
Mensajes y videos en redes socialesOfrecen dinero real por matar a Valdez Galloso; son amenazas serias, no show.No fue un plan real, fueron palabras dichas bajo emociones, adicciones y dolor. Muchos creen que fue guapería de artista; otros ven un peligro real.
Primera Enmienda (libertad de expresión)No aplica: son “amenazas verdaderas” y llamados directos a la violencia. Siente que el juicio fue “manipulado” y no se entendió su contexto. Hay debate: ¿hasta dónde se puede castigar una amenaza sin acción?
Raza y representación en el juradoTema que el sistema no coloca en el centro del caso.Afirma que no había hispanos ni personas de su color en el jurado. Muchos usuarios hablan de racismo, otros piden mirar su historial completo.

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Un abogado con miedo, una defensa que no convenció

En la llamada telefónica, Chocolate MC también fue duro con su propio abogado, Adolfo Gil. Dijo que lo vio “inseguro” y “asustado” durante el juicio.  Imagina estar en el momento más importante de tu vida, sabiendo que puedes terminar décadas tras las rejas, y sentir que la persona que debe defenderte no está a la altura. Si alguna vez te has sentido solo en una oficina fría, tratando de explicar tu verdad en otro idioma, puedes conectar con esa sensación de abandono. Aun así, la defensa continúa trabajando en la apelación, intentando revertir un fallo que podría marcar para siempre la historia de Chocolate MC y de la comunidad cubana en Miami

¿Rehabilitación o castigo? .La batalla por la segunda oportunidad

Aquí viene una de las partes más humanas —y más dolorosas— del caso. Desde la cárcel, Chocolate MC no está pidiendo solo “clemencia”: está pidiendo rehabilitación.

Quiere:

  • Probatoria en vez de una condena larga de prisión.
  • Tratamiento para adicciones.
  • La oportunidad de demostrar que puede cambiar. 

Su amiga y colega, la cantante La Diosa, lo ha defendido públicamente: asegura que él es un “hombre enfermo” que nunca recibió la ayuda que necesitaba y que eso no lo convierte en un asesino. 

¿Sabías que su entorno ha reconocido un historial de consumo de drogas desde la adolescencia y episodios de problemas de salud mental? .En otros procesos se ha mostrado incluso video-testimonio para documentar su adicción y su paso por un hospital psiquiátrico.

La pregunta que muchos se hacen es simple, pero brutal:

¿Qué hacemos con alguien que ha dicho cosas imperdonables bajo el efecto de sus demonios, pero que no ha ejecutado el crimen que describió?

La comunidad cubana dividida: entre la injusticia y el “ya era hora”

Si revisas los comentarios en redes, ves un mosaico de emociones que parece un chat de WhatsApp familiar después de una bronca.

  • Un grupo grita “injusticia”:
    “¿Cómo pueden tratarlo como si hubiera matado a alguien, si al final son palabras?”
    “Esto es racismo, esto es castigo ejemplar para el cubano de barrio que se atrevió a hablar muy alto”.
  • Otro grupo dice “ya era hora”:
    Recuerdan su historial de problemas con la justicia, sus detenciones anteriores, sus episodios de violencia, y sienten que el sistema, esta vez, simplemente “cerró el círculo”. 
  • Y hay un tercer grupo, quizá el más silencioso, que se queda en medio:
    No niega la gravedad de lo que dijo, pero se pregunta si cadena perpetua o una larga condena es la respuesta correcta para alguien que lleva años gritando, a su manera, que está roto.

Cuando aprendiste que la justicia debía ser “ciega”, nadie te contó que, vista desde el barrio, a veces parece mirar mejor a unos que a otros.

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La visión de AKubaa: más que un caso, una alerta para todos

Desde AKubaa, yo no estoy aquí para decirte que Chocolate MC es inocente ni para canonizar a nadie. Estoy aquí para hacerte una pregunta incómoda:

¿Qué nos dice este caso sobre nosotros, sobre lo que toleramos, celebramos y compartimos cada día en redes?

Porque el problema no es solo lo que él dijo, es el ecosistema que lo rodea:

  • Un mundo urbano donde la violencia verbal se normaliza y se viste de “contenido”, de “marketing”, de “realidad de la calle”.
  • Un sistema judicial que responde con toda la fuerza posible cuando esas palabras se convierten en evidencia, pero que muchas veces llegó tarde —o nunca llegó— cuando ese mismo hombre pedía ayuda con su adicción
  • Una comunidad cubana en Miami agotada de pérdidas: desde el asesinato de El Taiger, hasta los jóvenes muertos en obras de construcción, pasando por los que se quedan varados en aeropuertos o atrapados en procesos migratorios interminables.

Este caso estalla en medio de todo eso. No es una anécdota aislada. Es un síntoma.

Lo que viene: firmas, apelaciones y una conversación pendiente

Mientras el juez Milton Hirsch se prepara para dictar sentencia —con un marco que puede llegar hasta la cadena perpetua—, Chocolate MC pide algo casi desesperado:

  • Firmas para solicitar una sentencia justa.
  • Que el sistema vea a la persona, no solo al expediente.
  • Que le den rehabilitación en lugar de puro castigo

Y aquí es donde tú y yo entramos en escena. Porque este no puede ser solo un caso que consumimos como si fuera otro capítulo de una serie más. Si llegaste hasta aquí, te lo digo sin filtros, al estilo AKubaa: Te recomiendo que te suscribas a mis redes sociales y a esta página para que no pierdas ningún detalle de lo que viene con este caso y con todo lo que seguimos contando sobre la realidad cubana dentro y fuera de la Isla. Lo que está pasando con Chocolate MC no es un episodio aislado: es parte del mapa de cómo se trata la voz, el cuerpo y la rabia del cubano cuando entra de lleno en el sistema de Estados Unidos.

Opinión de los usuarios: la calle también juzga

En los comentarios, en los espacios de opinión y en las conversaciones de WhatsApp, escucho de todo:

  • “Es un enfermo, no un asesino”.
  • “Si no se pone un límite, esto se repite con otro”.
  • “La justicia en EE. UU. es dura con los nuestros y blanda con otros”.
  • “No es un mártir, pero tampoco un monstruo”.

Esa mezcla de amor, rechazo, compasión y cansancio dice mucho de cómo vivimos los cubanos el tema de la violencia, la adicción, la marginalidad y la fama. Para mí, desde AKubaa, lo más peligroso no es solo la sentencia que reciba Chocolate MC. Lo más peligroso sería no aprender nada de todo esto.


Ahora te toca a ti: ¿Crees que el juicio de Chocolate MC fue realmente manipulado o el sistema solo hizo lo que tenía que hacer ante unas amenazas en redes sociales que cruzaron todos los límites?.

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Te leo en los comentarios, en AKubaa.com y en nuestras redes. Únete a la conversación y dime: si tú hubieras estado en ese jurado, ¿qué hubieras decidido?.

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