¡Atención, corazón cubano! 🌴✨ Hay algo moviéndose del otro lado del mundo… y huele a cubanía, a fuerza, a luz. Desde Tailandia, una joven nacida en el exilio, pero con el alma hecha en la isla, está levantando la bandera como si fuera un acto de justicia. Se llama Lina Luaces Estefan , y si todavía no te has enterado, es nuestra Miss Universe Cuba 2025. Pero no es solo una muchacha bonita en pasarela. Es la prueba viviente de que Cuba no se apaga, aunque la política, los apagones o la distancia quieran hacerlo.
Porque sí, Lina puede haber nacido en Estados Unidos, pero lo dice sin titubear: “Me siento más cubana que americana.”Y no hay frase más fuerte que esa cuando viene de una generación que ha crecido entre dos mundos: el del sacrificio y el del orgullo. Ella carga en los hombros el peso y la esperanza de todos los que estamos regados por el planeta —desde Hialeah hasta Madrid, desde Tampa hasta Ciudad de México— pero que seguimos teniendo a Cuba prendida en el pecho como un tatuaje invisible.
Una reina con raíces, brillo y propósito
Cuando Lina fue coronada en Hialeah el pasado julio, muchos lo sintieron como algo simbólico: una cubana nacida en el exilio regresando, aunque sea con una corona, a poner a la isla otra vez en el mapa. Después de casi seis décadas sin participar, Cuba vuelve a un Miss Universe con un nombre que huele a historia: Estefan. Pero esta vez no hay micrófonos ni canciones: hay pasarela, presencia y poder. Y lo mejor de todo es que no compite por fama, sino por representar algo que los cubanos hemos perdido y necesitamos recuperar: la alegría de vernos triunfar sin pedir permiso.
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De Tailandia al Malecón
El concurso este año es en Tailandia, un escenario tan lejano como fascinante. Y ahí está ella, una cubana frente a decenas de naciones, brillando bajo los reflectores, caminando como si en cada paso llevara un pedacito del Malecón y un eco de las calles cubanas. No importa que los templos tailandeses sean su fondo; su alma sigue siendo caribeña.Porque donde pisa Lina, suena el acento, el ritmo, la nostalgia y la resistencia del pueblo cubano.
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Más que belleza, una bandera
Muchos dirán: “Tiene ventaja, tiene apellido, tiene medios”.Y sí, es cierto. Pero lo que no todos entienden es que ni la fama ni el apellido te dan el cariño del pueblo. Eso se gana a pulso, con humildad, con esencia, con historia.Y Lina lo está logrando. No por el apellido Estefan, sino porque cada palabra suya suena a orgullo, a raíces, a esas ganas de ver una Cuba que no solo sobreviva, sino que vuelva a brillar.Cuba no está presente solo con su bandera. Está en la forma en que ella mira, sonríe y se defiende en un idioma que no es el suyo, pero que domina con el mismo fuego con el que una cubana discute por la última libra de pan.
La gente lo siente
En las casas de Hialeah, las abuelas la miran con los ojos aguados.En Tampa, los jóvenes la comparten en TikTok y dicen: “Esa es la nuestra.”En España, una cubana emigrada hace años ve su desfile y murmura: “Mira tú… lo que es la vida.”Lina se ha convertido en una especie de espejo: refleja lo que fuimos, lo que somos y lo que aún queremos ser.Y aunque no viva en la isla, su brillo le pertenece al pueblo.Porque donde un cubano triunfa, todos ganamos un pedacito de esperanza.
AKubaa lo dice sin filtro
Aquí no venimos a rendirle pleitesía a nadie. Venimos a decir las cosas como son.Lina no tiene la vida fácil: la competencia en Miss Universe es brutal, y representará a un país que ni siquiera puede ver su propio certamen por televisión abierta.Pero precisamente por eso, su victoria tendría más peso que una corona de diamantes: sería la demostración de que la cubanía no necesita permiso ni geografía para brillar.Cuba no necesita más discursos: necesita historias como la suya. Historias que nos unan, que nos recuerden que el talento cubano no muere; solo cambia de acento.
El llamado
Hoy más que nunca, la diáspora tiene una tarea: apoyar, compartir, levantar la voz.Que no quede solo en un hashtag ni en un post bonito.Que se sienta el orgullo en cada esquina de Miami, en cada comentario, en cada aplauso virtual.Porque cuando Lina se pare frente al mundo, no estará sola. Estaremos todos —los que se fueron y los que quedaron— acompañándola con un mismo grito silencioso:
¡Cuba, tú puedes! 🇨🇺
Tal vez la corona no caiga solo sobre su cabeza… sino que la corona sea de todo un pueblo que no ha dejado de creer en su luz, aunque el mundo lo haya intentado apagar.
Y tú, cubano donde estés… ¿te atreves a apoyar a nuestra reina y a mostrarle al mundo que Cuba todavía sabe brillar?
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Porque esta historia no se cuenta desde el glamour, sino desde el alma. Y esa, mi gente, Cuba la tiene de sobra.
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