Si te soy sincera, hay noticias que una quisiera no tener que contar, aunque formen parte del pulso real de nuestra comunidad. Y esta es una de ellas. Porque detrás del titular ruidoso —“Reguetonero cubano Chocolate MC declarado culpable en Miami; podría enfrentar cadena perpetua”— hay un país entero mirando, opinando, juzgando… y también, aunque no lo diga en voz alta, reconociendo ciertos dolores que compartimos como pueblo en Cuba, en Hialeah, en Tampa y en cada pedazo de la diáspora donde se ha regado la música urbana cubana.

¿Quieres anunciarte en A&K y no sabes como ?. Clic en la imagen y lleva tu negocio al siguiente nivel.
Hoy quiero hablarte de eso. No solo del caso judicial, sino del retrato cultural y emocional que se esconde detrás. Y lo hago desde la primera persona porque estas historias, aunque nos duelan, también necesitan contarse sin filtros, como lo hacemos en AKubaa: con picante, con corazón y con calle.
Un veredicto que cayó como un mazazo
El 12 de noviembre de 2025, en un tribunal del condado Miami-Dade, Chocolate MC —el mismo que muchos han bailado, criticado, defendido y cuestionado por años— fue declarado culpable de solicitud de asesinato en primer grado.
Una acusación grave, gigantesca, de esas que no se borran con una disculpa pública ni con un millón de views en Instagram.
Según la Fiscalía, las amenazas en redes sociales no fueron un relajo, una tiradera o una “forma artística de expresarse”, como quiso argumentar la defensa. No. Para los fiscales, fueron “amenazas verdaderas”, palabras cargadas de intención: una recompensa de hasta 100 mil dólares por atacar en prisión a Damián Valdez Galloso, el sospechoso del asesinato del reguetonero El Taiger.
¿El detalle que marcó el juicio? .Que todas las publicaciones —videos, mensajes, audios, lenguaje explícito, expresiones violentas— partían de cuentas administradas directamente por él. Y que, según la Fiscalía, no eran metáforas musicales, sino llamados reales a la violencia.Un jurado necesitó menos de una hora para decidir su destino. Y cuando Chocolate escuchó el veredicto, rompió a llorar.

MAMÁ EN PAUSA – Guía de autocuidado y calma emocional para todas la mujeres del mundo.
“La pausa no es rendirse. Es volver a ti.”
Ebook de 7 días para mujeres reales que buscan calma, claridad y amor propio sin dejar de ser quienes son.
La música urbana cubana, entre el arte y la pólvora
A estas alturas, nadie puede negar que la música urbana cubana ha sido un cable a tierra para miles de jóvenes, dentro y fuera de Cuba. Un desahogo, un espejo, una forma de sobrevivencia emocional.Pero también es, en ocasiones, un territorio donde se mezcla la creatividad con la calle, el trauma con el ego, la sátira con la agresión.
En ese terreno movedizo, Chocolate MC ha sido un producto típico del barrio, del exilio, de la fama express y de esa caída libre emocional que a veces traen las redes sociales. Lo hemos visto en conflictos públicos, líos personales, detenciones, adicciones admitidas por él mismo y momentos donde parecía pedir ayuda sin decirlo abiertamente.
Y sí, también es cierto que para una parte de la comunidad cubana —sobre todo los jóvenes de Miami y Hialeah— ha sido un símbolo, una voz, un showman.
Pero el juicio dejó algo claro: Hay líneas que, cuando se cruzan, ya no hay música que te salve.
La defensa: artista incomprendido o irresponsabilidad fatal
Durante el juicio, la defensa encabezada por el abogado Adolfo Gil insistió en lo mismo que muchos fans han repetido:
“Chocolate no es un asesino. Es un artista malinterpretado.”
Para reforzar esa idea, La Diosa subió al estrado y dijo palabras que resonaron dentro y fuera de la sala:
“Tiene muchos defectos, pero es el payaso de las redes. No un asesino.”
Esa frase quedó vibrando. Porque en el fondo, en nuestra cultura cubana, llamarle a alguien “payaso” es decir que exagera, que busca show, que tira fuego pero de mentira.
Pero aquí la diferencia —al menos según el juez— fue que esta vez no era teatro. No eran metáforas. Eran amenazas directas.
La familia suplicó clemencia: España, Tampa, y el dolor de ver caer al hijo
Su madre, desde España. Su hermana, desde Tampa.Ambas pidieron misericordia. Ambas hablaron de su lucha con las adicciones, de episodios de descontrol emocional, de un artista sin herramientas para manejar la presión de la fama y los conflictos callejeros que se volvieron públicos gracias a las redes.
Y aquí hago un paréntesis personal: a veces la diáspora se olvida de que muchos artistas salen de Cuba sin preparación psicológica para enfrentar una vida donde todo se amplifica, todo se graba, todo se comparte y todo se juzga. La caída es más fácil que la estabilidad.
La libertad de expresión no te salva cuando la amenaza es directa
El juez Milton Hirsch fue contundente: “Esto no es música. Esto no es arte. Esto es una amenaza verdadera. No está protegida por la Primera Enmienda.”
Y ahí, te diré la verdad, sentí un estremecimiento. Porque en Miami, donde uno cree que todo se puede decir, donde la comunidad cubana está acostumbrada a tirar fuerte en redes, este caso marca un precedente. Para bien o para mal, el mensaje es claro: La violencia digital también deja huellas legales. Y también mete gente presa.
Lo que dice la calle: opiniones del pueblo
Mientras escribía este artículo, revisé comentarios en redes, grupos de WhatsApp y foros cubanos.
Y aquí te dejo tres frases que, para mí, resumen el estado de ánimo de la comunidad:
“Chocolate se pasó. Una cosa es frontear y otra es mandar gente a matar.” — Usuario en Hialeah
“Él es víctima de su propio personaje. Nadie le enseñó a soltar el teléfono.” — Cubano en Tampa
“Esto demuestra que en Miami la calentadera también tiene consecuencias.” — Comentario en TikTok
La gente está dividida. Entre quienes piden clemencia por su talento. Y quienes exigen responsabilidad por su influencia.
Lo que revela este caso sobre nosotros como comunidad
Para mí, este caso no es solo sobre Chocolate MC. Es sobre un fenómeno mucho más grande :
- cómo los artistas se sienten obligados a performar violencia para seguir relevantes;
- cómo la fama digital distorsiona la realidad;
- cómo el trauma migratorio se cuela en cada conducta;
- cómo la calle, incluso desde Miami, sigue marcando la identidad de muchos cubanos;
- cómo confundimos “libertad de expresión” con “todo vale”.
Es un espejo incómodo. Porque aunque muchos no lo admitan, esta cultura de amenazas, tiraderas, “yo soy más calle que tú”, “yo sí tengo gente” y “a mí nadie me toca” es parte del ADN de cierto segmento de la comunidad urbana cubana. Un ADN que se hereda, se disfruta, se monetiza… pero también se paga. Y esta vez, quien lo está pagando es él.
¿Cadena perpetua?. El peso de lo irreversible
El artista enfrenta ahora una sentencia que podría incluir cadena perpetua. Una vida entera marcada por un post. Por un video.Por una frase dicha en un momento de furia o egolatría.
¿Te das cuenta del peso de eso? .Una vida entera por un instante en redes. Aquí, en AKubaa, siempre analizamos estos casos desde lo humano y lo social. Y la verdad es que este juicio abre un debate profundo:
¿Qué responsabilidad real tienen los artistas sobre lo que publican?.¿Dónde termina el personaje y empieza la persona? .¿Y quién protege a los jóvenes que creen que este tipo de discurso es normal?.
La visión de AKubaa: entre la cultura y la consecuencia
Desde esta plataforma, y desde mi propia mirada, creo que el caso Chocolate MC marca un antes y un después.
Porque nos obliga a reconocer que:
- La influencia pesa.
- La violencia digital no es juego.
- El arte no puede justificar todo.
- Y la diáspora necesita aprender a sanar, no a inflamar.
Chocolate no es un monstruo. Pero tampoco es inocente. Es, como muchos cubanos que han salido al mundo sin brújula emocional, un joven con talento, con traumas, con adicciones y con una impulsividad que las redes sociales amplificaron hasta volverse un problema judicial gigantesco. Y eso, nos guste o no, también es parte de nuestra historia colectiva.
Conclusión: ¿Qué aprendemos de esto?
Yo sé que este tema duele.Sé que divide. Sé que toca fibras sensibles. Pero los casos como este nos obligan a preguntarnos: ¿Qué tipo de cultura queremos construir como comunidad cubana dentro y fuera de la isla?. ¿Una basada en amenazas y violencia simbólica, o una que enseñe a nuestros jóvenes a manejar la ira sin destruir su futuro?. Te leo.Te escucho. Quiero saber tu opinión. ¿Es Chocolate MC víctima de sí mismo, o responsable de cruzar una línea que nunca debió tocar?.

Recibe todas tus noticias actualizadas y más candentes, totalmente gratis ,solo has Clic y Unete a esta comunidad
Únete al debate en nuestra web y redes. Esto es AKubaa, donde lo cubano se cuenta como es: con picante, con corazón y con calle.
Más en AKubaa
- “Cuando un artista cruza la línea: el caso Chocolate MC y el espejo que no queremos mirar”
- Cuando un país vive pendiente de un número: la reforma monetaria vuelve a esperar en Cuba.
- “Ruta directa a Europa: ¿es la de verdad o puro espejismo?”
- Cuando el reloj del Capitolio hace “clic”: el movimiento que puede romper el cierre más largo.
- Silencio que truena: el juicio secreto que sacude a Cuba
- “Sin opción en CUP”: el peaje invisible de la eSIM en Cuba






